Los alemanes cedieron el balón y la mitad del campo para dedicarse a resguardar con orden y rigor a su portero Zetterer. La consigna era resistir con muchos defensas y un solo delantero recién salido de una lesión como Knauff. Un plan concebido para un único partido, contrario a la carta de naturaleza del Eintracht, y que funcionó muy bien ante el asombro del Camp Nou. Los azulgranas apenas encontraban espacios para progresar en la cancha del Eintracht. Aunque la presión era alta y el ritmo de pelota rápido, al Barça le faltaba precisión para acabar las jugadas y generar ocasiones ante Zetterer. Ni los extremos desbordaban ni llegaban los medios por más que apretaran los defensas del Barcelona. No hubo más chut durante la primera parte que uno .
El gol llegó sorprendentemente en la portería de Joan García después de una pérdida de balón . La carrera de Brow y la conducción de Knauff denunciaron la fragilidad de la zaga azulgrana en la única salida del Eintracht después de que en el cuerpo a cuerpo se venciera Balde. Ni el nombre del rival ni el torneo cambian el guion de los últimos encuentros de los azulgranas, obligados a reaccionar con el resultado en contra ante el estupor de Flick. La frustración del plantel barcelonista contrastaba con el excelente sistema de contención del club de Frankfurt. La solidaridad, las ayudas y también los bloqueos, negaban al Barcelona, demasiado impaciente, falto de pase y de remate, incapaz de ligar una sola jugada, estéril ante el bloque defensivo bajo y bien trabajado dispuesto por Toppmöller.
Ni siquiera Pedri estaba fino en un encuentro cada vez más enredado, constantemente interrumpido, lleno de rebotes, solo aclarado cuando tomaba la pelota Knauff y desquiciaba a la zaga del Barcelona. El Eintracht tuvo el 0-2 en los pies de Shkiriy y Chabii en siete minutos con dos remates a centros de Rashford y de Lamine. La entrada del delantero inglés esponjó el juego y abrió el campo para suerte del Barça y desespero del Eintracht y el arrebato ofensivo del lateral francés desbloqueó a los azulgrana, que se habían empachado de balón, impotentes hasta entonces ante Zetterer. La rueda de cambios añadió incertidumbre a una cita todavía muy abierta con 2-1 por las concesiones defensivas tanto en el área del Eintracht como en la del Barça.
Los sobresaltos eran continuos en un partido amenazado de vez en cuando por la caída de bengalas desde la zona ocupada por los 2.300 seguidores del Eintracht. Algunos aficionados azulgrana se sintieron constantemente intimidados por una hinchada de malos recuerdos para el Camp Nou después de la invasión vivida el 14 de abril de 2023. Los incidentes no fueron a más y la atención se centró en el encuentro, . Tampoco atinó el delantero de Foios y el partido se acabó en la cancha del Barcelona, defendida por Joan García.
El portero embolsó la última jugada para respiro de los desafortunados delanteros, redimidos por un defensa que a menudo saca de quicio a los seguidores del Barcelona. El momento Koundé fue definitivo para desequilibrar una contienda mucho más equilibrada de lo que estaba anunciado entre dos equipos con una dinámica de resultados opuesta: el embalado Barça tuvo que apretar los dientes para ganar por la mínima al atascado Eintracht.